1. Reconocer la intolerancia a la lactosa
Los primeros años de vida de un niño suelen proporcionar información sobre posibles intolerancias alimentarias. Por supuesto, éstas también pueden desarrollarse más adelante, pero la alimentación complementaria en el primer año de vida muestra por primera vez si el niño no tolera los alimentos desde el principio.
Por tanto, los padres deben introducir al niño en los nuevos alimentos de forma gradual. Algunas intolerancias, como la intolerancia a la lactosa, suelen aparecer de forma natural más adelante en la vida.
Sin embargo, un niño que se queja de dolor abdominal, flatulencia o diarrea después de comer productos lácteos suele padecer intolerancia a la lactosa.
El motivo de la intolerancia es la falta de lactasa. Ésta descompone la lactosa de los alimentos y facilita su digestión. El organismo produce lactasa de forma independiente en las personas que toleran la lactosa. Si el cuerpo no produce la enzima por sí mismo, la lactosa llega a las partes más profundas del intestino sin digerir. Allí, provoca procesos de fermentación que dan lugar a los síntomas típicos de la intolerancia a la lactosa.
2. Obtenga un diagnóstico para su hijo
El diagnóstico de la intolerancia a la lactosa en los niños difiere de las posibilidades de diagnóstico que existen en los adultos.
A este respecto, cabe mencionar en primer lugar que el diagnóstico de la intolerancia a la lactosa en niños sólo suele ser posible a partir de la edad preescolar. En lactantes y niños pequeños, la intolerancia a la lactosa es muy poco frecuente. Los síntomas suelen aparecer a partir de la edad escolar primaria.
Las posibilidades de diagnóstico en los niños difieren según la edad:
A partir de la edad escolar primaria, los niños pueden someterse a una prueba de aliento, similar a la de los adultos.
En los niños más pequeños, se utiliza un análisis de sangre para detectar la intolerancia a la lactosa.
Esto influye en el tiempo que se tarda en hacer el diagnóstico. Con la prueba del aliento, los padres conocen el resultado el mismo día. Con el análisis de sangre, la evaluación tarda unos días. Aunque la prueba del aliento es mucho más precisa que el análisis de sangre, la edad del niño es importante para la posibilidad del diagnóstico. En la prueba del aliento, el niño debe ser capaz de seguir instrucciones precisas.
3. Tratamiento
Dado que la intolerancia a la lactosa no es una enfermedad, no tiene cura.
Quienes padecen intolerancia primaria a la lactosa la sufrirán toda su vida. La forma de intolerancia a la lactosa puede determinarla un médico. Los niños a los que se ha diagnosticado intolerancia a la lactosa deben, en primer lugar, evitar por completo los alimentos que contengan lactosa.
Durante mucho tiempo, los adultos sólo podían tomar comprimidos de lactasa para poder consumir alimentos que contuvieran lactosa sin molestias. Entretanto, también existen comprimidos de lactasa para niños. Los comprimidos garantizan que la lactosa se desprenda de la pulpa de los alimentos y, por tanto, pueda digerirse más fácilmente.
Consejos para los padres
La intolerancia a la lactosa no es agradable, especialmente para los niños, y puede restringir considerablemente su vida cotidiana y su actitud despreocupada.
Los padres deben asegurarse de que su hijo pueda hacer frente a la vida cotidiana sin molestias. Hay que tener en cuenta una serie de cosas: Dependiendo de la edad del niño, ya se le puede explicar que el consumo de determinados alimentos, en este caso alimentos que contienen lactosa, provoca molestias.
Los padres deben explicar al niño exactamente qué alimentos desencadenan las molestias. Por desgracia, a menudo se trata de alimentos que a los niños les encanta comer, como helados, carne empanada o pudding.
Sin embargo, el niño también debe saber qué alimentos puede comer sin preocuparse. Por ejemplo, verduras, fruta, patatas fritas, patatas, pasta o incluso arroz. Esto es especialmente importante si el niño come fuera de casa.
Además, el entorno del niño debe conocer la intolerancia. En caso de duda, el niño debe llevar siempre su propia comida de casa.
Referencias
C Barillas, N W Solomons - Effective reduction of lactose maldigestion in preschool children by direct addition of beta-galactosidases to milk at mealtime, Pediatrics (1987)
Medow MS, Thek KD, Newman LJ, Berezin S, Glassman MS, Schwarz SM - Beta-galactosidase tablets in the treatment of lactose intolerance in pediatrics, Am J Dis Child (1990)
Saludos,
Chris de LactoJoy